Pocos paisajes son tan bellos como el de Tulum. Es un lugar mágico: el mar y el cielo ponen todos los colores imaginables, y eso incluye los que vienen con la lluvia. Esta boda fue muy especial, una prueba de cómo el amor entre dos personas, sumado al cariño y el apoyo de los amigos, puede con todo. Alexis y Mauro lo saben. Fue un día especialmente caluroso, con el mar picado y mucho viento, es decir, un día perfecto para documentar una boda con Black Studios. Mientras los novios se preparaban con familia y amigos, el personal d Ziggys Tulum, el lugar elegido por los novios, ponía todo el esmero en la preparación de la ceremonia y la fiesta. Con las cámaras listas y el dron en el aire, llegó el momento esperado; el encuentro entre Alexis y Mauro, al comienzo de la ceremonia se llevó las sonrisas de todos los presentes. El altar para la ceremonia fue magnífico, con el mar y el cielo de fondo. Entonces el clima comenzó a hacer de las suyas. Fue la primera vez que llovió, haciendo que el calor bajara y los invitados se refrescaran entre risas. El viento sopló con fuerza y el mar rugió frente a nosotros y el Caribe mexicano también puso de su parte en el clímax de la ceremonia. Al comenzar la fiesta, vendría la segunda sorpresa de la noche: justo en el vals, la lluvia volvió, las lámparas se fundieron y entraron a escena los mejores recursos de iluminación. Alexis y Mauro, lejos de esperar, lo tomaron como un regalo más de la celebración, con la complicidad de todos los asistentes. La maravilla de trabajar con Black Studios es contar como profesionales en todo su equipo, que seguía con atención cada detalle de la fiesta en video, mientras yo me movía entre los invitados, foto tras foto. Al terminar de documentar, la fiesta, a pesar de la lluvia o tal vez gracias a ella, fue todo un éxito. Como dice aquella canción: hay llamas que ni con el mar. Video: Black Studios
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