Querétaro tiene muchos sitios históricos hermosos, y esta vez la experiencia con Paola y Humberto nos llevó a visitar algunos de ellos. En esta ocasión tuve a un compañero de lujo: Iván Lugo me acompañó en calidad de segundo fotógrafo. Fue un día de cielo despejado y mucha luz, así que no había tiempo que perder. Comenzamos a documentar los preparativos de la boda: una de las cosas que más disfruto es la atención al detalle que envuelve este día. Cada pequeña muestra de cuidado es también una muestra de cariño, una manera de construir el momento ideal. Es por esto que las emociones van subiendo hasta llegar al instante de verse frente al altar. Acordamos con Paola y Humberto una sesión de fotos previa a la ceremonia. Aquella sería la primera vez que la viera vestida de novia. Fue el primero de muchos grandes momentos y la locación que eligieron fue magnífica: un vagón de tren de la época revolucionaria, restaurado a la perfección. La boda se celebraría en Jurica, en la Parroquia del Señor de la Piedad, y ahí fuimos. Teníamos una idea muy clara de lo que Paola y Humberto querían, así que contar con el apoyo de Iván me dio la tranquilidad para concentrarme en los detalles del momento, especialmente en la expresión de sus rostros. Al salir del templo, el ánimo era ya completamente una fiesta, y la Hacienda de León esperaba para celebrar: el lugar lucía increíble, gracias a la planner de la boda, Marcela Llamas de Rolland Eventos: cientos de velas colgantes recibieron a los nuevos esposos. La decoración nos permitió hacer fotos con una escenografía de cuento durante el primer baile de los recién casados y después con los padres. DJ Arko se encargó de subir el volumen de la fiesta, y los amigos de hacerla memorable, mientras Paola y Humberto, a lo suyo: comenzar a disfrutar cada momento de su nueva vida. Por Iván Lugo (arriba) Por Iván Lugo (arriba) Por Iván Lugo (arriba) Por Iván Lugo (arriba) Por Iván Lugo (arriba) Por Iván Lugo (arriba) Por Iván Lugo (arriba)
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